NO LO LLAMES MARKETING DE CONTENIDOS

“No lo llames marketing de contenidos. Marketing es gestión de propuestas de valor y contenidos tiene que ver con comunicación. Hablar de marketing de contenidos es erróneo y hace que personas crean saber de marketing, cuando en realidad saben de comunicación”. La frase es de Fernando de la Rosa @titonet, uno de esos grandes profesionales del marketing de nuestro país y particularmente, una de las mentes mejor estructuradas que he leído en estos años para explicar hacia dónde va el marketing, y en especial la comunicación, de hoy en día (si aún no lo lees, estas tardando).

Hace unos días, y aportando bibliografía de valor para uno de mis alumnos volví a leer esta reflexión y creo que, realmente, merece comentario.

El mundo del marketing es llevado coloquialmente hacia la comunicación y más concretamente hacia la publicidad por el común de los mortales. Hasta ahí de acuerdo. El problema es cuando es llevado o limitado a ese ámbito por empresarios y directivos, lo cual ya es más preocupante.

En ocasiones somos los propios profesionales los que estamos limitando nuestra propia jerarquía dentro de la organización sin apenas importarnos. ¿Dónde queda la investigación de mercado, la segmentación, la política de producto y tantos temas cruciales para el éxito de nuestros clientes? Ningún mal producto triunfará solo con la comunicación. La base de todo es un buen producto, y si aún no lo tienes más vale que destines tu esfuerzo y presupuesto a conseguirlo y olvides por ahora la comunicación. Eso sí es marketing.

Hoy en día, cualquier ámbito, disciplina, etc que se desarrolle dentro del mundo de la comunicación suele llevar la coletilla de marketing por algún lado: marketing de contenidos, ambient marketing, email marketing, etc. El marketing es algo más que comunicación, que es solo una pata más. No limitemos nuestras fronteras, y por favor, tratemos de “no deformar” el marketing entre la gente (bien formada) que se incorpora a agencias y compañías.

A algunos el comentario os podrá parecer banal, pero esos son los detalles que hacen que la gente no profesional trivialice nuestro trabajo y nos encasille como meros creativos (Dios los bendiga!).