TRATAR DE ARREGLAR UN PRODUCTO CON COMUNICACIÓN
En ocasiones me han preguntado en que se diferencia una agencia de marketing de una de publicidad. Y es que a veces, y a tenor de nuestro trabajo diario, puede ser difícil hacer ver que los profesionales de marketing nos dedicamos a mucho más que a hacer comunicación.
Desde la perspectiva de marketing estas abierto a percibir cuales son los problemas de las marcas, que no siempre tienen porque poder arreglarse con comunicación. Es más, en ocasiones la comunicación no va a poder hacer nada por salvar la situación.
Cuando la empresa tiene un error de producto, de descontextualización o de adaptación al cliente, es inútil invertir en comunicación para arreglar el problema. Cuando el producto es el problema hay que atacar el producto, eso está claro, pero es cierto que en ocasiones somos las propias agencias las que nos dejamos llevar por la necesidad de vender nuestro porfolio habitual como remedio para todos los males cuando esto no debería ser así.
El producto es al fin y al cabo el principio y el final de todo. Es el que crea una propuesta de valor para comunicar, es el que satisface la necesidad. La comunicación, cuando se trata de buenos productos hace su trabajo, sin más: «hacer llegar la promesa a los clientes». Y es finalmente el producto el que vuelve a cerrar el circulo cumpliendo las expectativas y convirtiéndose en base de fidelización.
Cada vez recomiendo más mis clientes invertir en un buen producto, en pulir y adaptar nuestra propuesta, y tengo que reconoceros que cada vez veo más claro que ahí esta el camino parea las agencias. Más producto y menos comunicación. Yo al menos lo veo claro.